Mis ojos empapados
con cada nota del chelo
negro y callejero.
Me siento tan vivo
cuando callo
cuando escribo.
Necesito tus manos
para aferrarme.
Ando de vuelta a casa,
sin moverme de la silla.
Ando contando las llamadas,
enviadas, recibidas, perdidas.
Todas tienen tu nombre.
Dejate darte que te daré.
Dámelo tu,
rompeme por dentro.
Hazme volar preciosa.
Tienes nombre de mañana.
Callado y mirándote,
preparado para todo,
sereno, lento, generoso.
Te confieso que cuando
repito tu nombre
algo le pasa al universo.
Hace 8 meses
5 comentarios:
Me gusta mucho, Kike. Me siento bastante identificado con el poema.
Un abrazo fuerte.
hermosooo,hermosooooo...
cuánto amor que tienes para dar!!!!!!!!!!!me alegro por tí..
besoss
¿Qué le pasara al universo?
Bello, muy bello tu poema.
Saludos cordiales,
Hasta pronto.
Se te ve fuerte, Kike. Este poema da para dos.
Abrao.
que hermoso! y que buena esta forma de dar color a algo tan sencillo como un nombre. un abrazo.
Publicar un comentario