viernes, 23 de mayo de 2014

Razones

Existe una poderosa razón por la cuál dejé de escribir. Abandono a la misma poesía que me alimentó durante años. La misma que consiguió hacerme renegar de la prosa. Sigo leyendo (prosa) pero no escribo una palabra. No se cuál es esa razón oscura, profunda y destructiva...pero debe ser en verdad poderosa.

Tampoco tengo ganas de profundizar en sus raíces. Tampoco tengo ganas de forzar nada. Esto se ha convertido en leit motiv de mi vida. Me dejo hacer, sin resistencia. No me ha ido mal desde entonces. No se si bien. Acepto a ultranza la realidad. O eso me creo. No es conformismo. O eso me creo.

No es casualidad que hoy sea día 23. Nada lo es. Muleta del ciego que acepta.

Ese es mi equilibrio. No es un punto equidistante. Es una actitud. Acepto mis actos más que mis deseos.