jueves, 3 de octubre de 2013

Acto de fe

La vida pasa. Mi vida pasa.

Y sin querer hacerme preguntas vienen sin pensarlas. Me cuestionan porque no escribo. Dónde quedó la poesía.

No me juzgan, me interpelan.

Otra vez la palabra más. El mismo deseo de siempre sobrevive al zen. No se conforma con la tranquilidad. No quiere nada y quiere más.

No quiere, de una u otra forma, que pase mi vida sin escribir. Sin escribir para afuera y para otros.

No quiere perder tanto tiempo, no abusar de perderlo; sin dejar de hacerlo. Los abusos no son buenos, ni los de paz y tranquilidad.

Sin promesas ni objetivos ni intenciones ni obligaciones.

Como un acto de fe.

viernes, 26 de abril de 2013

De la poética de correr solo por la montaña


Begues, bajando por el camino del "Purgatorio" con el Castell de l'Eramprunyà al fondo.

De los versos y las zancadas que nacen de la soledad y el silencio. Cuando todos los nexos del cosmos conjuran con el aire fresco de la mañana y toda la vida fluye. Fluye libre. Te sientes parte de algo: conectado. No entiendo la gente que habla de "desconectar" cuando lo que hacemos es justo lo contrario: conectar con nosotros y nuestra esencia desnuda. Es otra forma de meditar... centrada en el ritmo de la respiración, los latidos del corazón, las sensaciones en las piernas, el canto de los pájaros, los olores de la tierra...

Cuando uno recorre -varias veces por semana- los mismos senderos, te sorprendes a tí mismo al ver como se te dibuja una sonrisa en la cara al observar la evolución de la retama, el florecimiento de esas flores lilas que a veces se quedan toda la primavera verdes, o de distiguir las huellas de un perro de las de un jabalí; todas esas pequeñas cosas hacen que te sientas vivo. Te hacen feliz.

A veces también dejo libres a los pensamientos y acuden maravillosos viajes, mujeres del pasado y del futuro (que también afloran una sonrisa tierna), versos que nunca escribo y no se pierden porque alegran mi boca, projectos de algunas carreras, sueños... ese tipo de cosas. Todo eso me hace feliz.

¡La tierra para el que la corre!. Los placeres solitarios de la montaña y su infinidad de metáforas y conexiones espirituales. Sentirte como un animal salvaje que se mueve por instinto. Establecer tus propias leyes y que la naturaleza las apruebe.

El monte es como las buenas amantes: uno siempre quiere volver. Conocer a la montaña es conocer la vida. Sentir en tus piernas como, si te esfuerzas, las cuestas del destino cada vez parecen menos empinadas y como se disfruta más cuando la vida va de bajada.

La tierra para el que la trabaja. Hay que poner mucho de parte de uno, aliarse con esta vida y distanciarse de nuestros miedos.

Y no parar de dar las gracias por todo esto.

lunes, 18 de marzo de 2013

Aquí delante

Estoy aquí delante de esta pantalla. Como se está delante de la vida. ¿Y qué si a veces me gusta esconderme?. La actitud con la que se está es lo importante, no la posición. El cómo ser uno mismo sin caer devorados por nuestro propio ego, he ahí la cuestión.

A veces quiero olvidarme de fechas, aniversarios, nombres y cualquier referencia. En algunos gestos trascendentales en la vida uno va asumiendo posiciones. Una forma de estar más que el estar en sí. O en que circunstancias uno pasa el tiempo. Lo que está claro es que esa posición está adentro. El que la busque afuera no se alejará un ápice de la pérdida.

Y desde adentro se sienta uno a meditar, sale a correr, escala montañas, recorre los caminos, se sumerje en el mar, lee o escribe (que vienen a ser lo mismo) y vive una vida que intenta que le pertenezca sin necesitar aferrarse.

Es cierto -como reza un poema de Benjamín Prado- que no es más feliz quién necesita menos. Simplemente necesita menos. Necesitar menos no significar no necesitar, sino no volverse loco buscando constantemente cosas...la mayoría que no encontraremos jamás; añadiendo más peso a una mochila que cargamos con fustración y deseo (que también vienen a ser lo mismo).

Aunque no necesite escribirla para sentirla, volver a la poesia no deja de ser una forma de reivindicarme desde otro lugar diferente al silencio.