jueves, 25 de octubre de 2012

No se deja de ser poeta



A veces la vida se convierte en poesía. Los versos se esconden en los días y en cada respiración. Las palabras no encuentran el camino al que si atinan los pasos, las manos, las sonrisas y -especialmente- las miradas. No se deja de ser poeta por no escribirlas.

Se deja de ser poeta al no sentirlas. A las personas como yo, parece que la calma y la felicidad nos dejan sin tinta. Ahora escribir sobre la soledad pierde su viejo sentido. Me quedo embobado con la vida. Con la de ahora, y - especialmente- con la que me espera esta tarde en una estación de trenes.

Los sentimientos se despojan del lastre de tener que bautizarlos. Me dejo ir en ellos no siempre en modo consciente. Ahora tus manos se convierten en renglones y tus besos acallan.

El poeta no deja de ser poeta. Aunque sea poeta enamorado.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Distancia

Existen algunas mañanas que se dejan. Entonces mañana deja de ser bola de cristal. Se convierte en música suave y conocida. En la mañana más importante de tu vida. Esta mañana. No sientes el  frescor de siempre, el silencio cotidiano de estas horas antaño ambiguas. Ahora sientes el picor en la garganta de los cigarros de anoche, los pies fríos y sucios de ir descalzo, la misma sensación a la que sigues sin saber poner ni inventarle nombre.

Hay distancias que son propias e internas. Hay torres de marfil de estructura de naipe que resisten toda la vida. Hay ventanas para acercarte a pequeños mundos que están afuera y que no se dejan someter al sistema métrico decimal. Y hay puertas giratorias que se mueven al ritmo de todo lo que no decimos. Hay 7.000 millones de torres que estando tan cerca son inaccesibles. Hay miedo. Sobre todo, hay miedo.

También hay libertad. Como un huerto en el cielo. Con raíces aéreas regadas con lágrimas, abonadas con sonrisas y que brotan como los sueños. Huertos con DNI, personales e intransferibles. Terrenos que no entienden de tierra ni estrellas. Caballos alados que hay que ganarse para que te dejen vivir a su grupa. Hay puentes sin cuerdas que unen y autopistas que separan. Hay vida.

Islas en África a las que se llega cerrando los ojos.

Hay poemas que te cambian la vida.

Hay mañana.

Hay hasta futuro.

Hay 400 entradas que me definen.

domingo, 22 de julio de 2012

Regreso

A vueltas regresando de otro retiro. Dos palabras importantes: Regresar y casa. Hablar con un par de vecinos antes de entrar. Saborear lo amargo que sabe el primer café solo después de 11 días sin tomar. La nevera más que vacía, hueca...este verano se estrellarán palomas.

Hay que aterrizar después de 10 días más adentro que nunca, con más silencio y paz mental que nunca. Estoy muy satisfecho del trabajo de estos días. Ahora aterriza Kike...hay que abrir los ojos al mundo real.

Subo a ver al abuelo. Me cuenta que ha estado pachucho estos días, pero hoy ya se encuentra bien. Después de no hablar durante 10 días tener que gritar para que me oiga me hace gracia. Le acabo de hervir la verdura, le doy de comer a la Linda y hablamos un buen rato. Se rie siempre conmigo y no me canso de escucharlo.

Tampoco me canso de cantar con Jorge, Silvio, Manolo, Julieta, Luis Eduardo, Pedro...es algo que echo de menos en los retiros, casi más que la música en sí, cantar. Siempre es sorprendente la voz que te queda después del silencio. Que gusto tutearlos y cantar juntos.

Ahora ya borré los 300 mails con mucha paciencia, no se me ocurrirá quejarme de tener tantos amigos. Logística. Volver a encender el termo, doblar la ropa, recoger un poco  la casa, preparar la mochila para mañana. Ahora llega mi niña rubia y mañana al Pirineo. Es curioso y no casual que nos conocieramos justo en el primer retiro allá por el 2006. Me enamoré perdidamente de su media melena rubia, que era lo único que le veía...los que conozcan Vipassana me entenderán. Les invito a clikar en la rueda de la derecha y conocerlo. Si alguien se anima y, cuando les llegue el momento lo prueban, creo que me lo agradecerán (y yo se lo agradecerá a ustedes).

Esta tarde a ver mis niñas Aina y Laurita, y al resto de esta corta pero tan bien avenida familia que están por acá en estas fechas de movimiento humano. Para muestra un botón. Regresamos con Ire el 31...el 4 a Las Palmas a ver a Julio y Estrella y bucear juntos hasta el 11...del 13 al 19  me esperan Monsieur Le Vignemale, Madame Balaitús y algúna preciosa montaña más que caerá si el tiempo y todo acompaña...con mis amigos del CE Xàbia....y del 25 al 9 (por fín!!!) esas más de 40 inmersiones en el Mar Rojo que tanto me ilusionan desde diciembre...

...así que si quieren entrar los cacos lo van a tener a huevo. Después habrá que volver a trabajar....con las mismas ganas de siempre, de volver a ver a los chicos y a los compañeros. Esta vocación que me hace tan feliz y que te hace funcionar como un chiquillo.

Mañana después de un periplo interminable de trenes y autobuses a Torla...a dormir en Buxaruelo...y si todo va bien...hasta la Vall d'Aràn y de vuelta.

Así que, Señoras y Señores, Madames et Monsieurs, Ladies & Gentelmans:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡BUENAS VACACIONES Y SEAN FELICES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

lunes, 25 de junio de 2012

El secreto de la felicidad

   Otra mañana que amanezco feliz. La noche de descanso obra milagros. Todo el día por delante. Café solo con galletas y silencio. Alguna persiana que se despereza. Algún pájaro del parque también.

   La sonrisa fresca, como esta hora. Última semana de trabajo. Planes que consiguen hacer mayor esta sonrisa. Vuelve la comisura a su lugar para aterrizar en este presente sencillo, callado, con brillo en los ojos y ganas de caminar a ritmo lento. Afeitarme escuchando a Jorge Drexler y Silvio Rodriguez. Sacarme la sal de ayer con agua dulce y caliente. Todo a un ritmo extremadamente lento. Ganas de disfrutarlo todo, a cada segundo. Sentirlo todo. Seguir sonriendo.

   Para que después hablen mal de los lunes. El próximo ya perderá su nombre. Solo será un día de vacaciones. En este aún lunes valoraré tener el trabajo que tengo. Un trabajo que me hace feliz. Que me hace sentir útil. Que me hace ayudar a personas que lo necesitan. Valoraré a mis compañeros y todo lo que aprendo de ellos. Lo bien que me hacen sentir y lo bien que siempre me han tratado.

   Este último lunes valoraré respirar bien y que no me duela demasiado nada. Agradecer poder vivir en esta casa que tan bien me ha acogido y lo que hemos congeniado... con sus enormes raíces y esta vibración tan especial. Cierro los ojos y pienso en las personas que más quiero, sonrío, y les envío energía y ternura.

   Como escribía hace un tiempo, me tendría que dar -constantemente- con un canto en los dientes por todo esto que me rodea. El amor es una espiral que solo puede crecer. Y contagiarse. Vamos a contagiarlo todos hoy.




viernes, 22 de junio de 2012

Días de verano

A vueltas con el silencio matutino de esta casa, el olor a buen café y los pájaros afuera. Me resisto a poner música para seguir saboreándolo todo con intensidad. Con está sonrisa tan mía como posición vital. Escribiendo. Satisfecho sin ahondar en razones. Sin forzar estas ganas de vivir que ahora siento. Real como solo puede ser este momento.

Afronto el último día con los chicos. Por ganas que tenga de vacaciones y por otro verano por delante cargado de buenos planes, buenos lugares y buena gente; hay una parte de mí que ya los empezará a echar de menos en el justo momento en el que se van los 6 autocares y todos los profesionales los despedimos.

Me olvido del presente y me precipito hacia las profundidades del Mar Rojo, mi querido GR-11, el imponente Vignemale, nuestra Costa Brava, el Dhamma Neru y el 4º retiro de meditación, Las Palmas con Estrella y Julio...mis adoradas chanclas y bermudas, la Cala, la mochila, las botas, el equipo de buceo, los libros...mis amigos, los viejos, los recientes, los que están por venir...

He escrito muchas veces sobre el movimiento que se genera entre el timón y las velas. Ahora manejo el timón con más pericia, pero no puedo evitar seguir dejándome seducir por el viento y la corriente...cerrar los ojos y volver a sentir que algo me lleva a dónde tengo que ir...

El poeta no deja de ser poeta aunque no escriba poemas...




domingo, 17 de junio de 2012

La cabeza encima de los hombros

Aún no he comprado el cuaderno. No salta ninguna alarma, es normal, esto tiene que fraguarse a fuego lento, constante, sincero y convencido. Ha llegado la hora de meterle cabeza al asunto. Aún no haber comprado el insigne y mágico cuaderno, estoy volviendo a escribir en papel. Me resulta mucho más fácil y rápido, se pierden menos ideas; algunas que acuden fugaces, se pierden entre las teclas, pero permanecen más presentes en el papel. Necesito velocidad al escribir. Al transcribirlo vendrá la sangría, el orden y el desconcierto. El compromiso es media hora -de reloj- cada día para empezar. Lo rebajé en media hora para hacerlo más viable.

Llegó la hora, justo ahora, antes de cumplir los 40, de ponerle cabeza. Hay que sacrificar algunas cabezas de la bestia. No puedo seguir siéndolo todo sin saber quien soy. Lo más importante, sin ser nadie. Me voy a empeñar en regar algunas flores y dejar morir otras.

Me va a costar escribir sin fumar, va tan de la mano una cosa y la otra. Esta demostrado empíricamente.  Cada vez es menos placentero fumar de vez en cuando y cada vez me da más dolor de cabeza -y reconociendo que no lo llevo mal, y que desde Noviembre solo he comprado un paquete- quiero dejarlo de una puta vez para siempre. También voy a beber bastante menos. Ya se que tot plegat suena de lo más antiliterario posible, pero es lo que hay. Una cosa que no pienso dejar de hacer es llevar la contraria.

Voy a tener que vivir con las obligaciones que me fije y cumpliéndolas. Es la hora de la cabeza. Si me deprimo o me vuelvo un tipo -más aún- asocial, borde y más misántropo si cabe, me tendré que joder, es el precio que voy a pagar. Es lo que valen la constancia, la decisión y el compromiso. Hay que hacer. Hay que pensar. Tengo que volver a vivir con la cabeza encima de los hombros.

El mal de Montano. Enrique Vila-Matas

"Me acuerdo de que mientras tomaba aquellas notas, me sentía feliz pero me atormentaba un poco la idea de que acabara no decidiéndome a escribir aquella narración que andaba proyectando y que terminara por convertirme en un personaje parecido al protagonista de Paludes, esa novela de André Gide en la que se cuenta la historia de un hombre que quiere escribir un libro pero siempre lo deja para otro día. Ese libro trata de un hombre que vive en un pantano sin hacer nada.
   A ese escritor que no escribe y que protagoniza Paludes le preguntan a veces qué hace, a qué se dedica.
   - ¿Yo? -responde siempre molesto-, yo escribo Paludes. Es la historia de un soltero que vive en una torre rodeada de marismas.
   - ¿Y por qué está soltero?
   - Bueno, es para simplificarlo todo un poco.
   - ¿Y nada más?
   - Nada más. Contaré lo que hace.
   - ¿Y qué es lo que hace?
   - Mira los pantanos.
   Van pasando los años y nada cambia, el escritor que planea escribir Paludes no se decide a escribir ese libro".

Pag. 118, El Mal de Montano, Enrique Vila-Matas. Ed. Anagrama, Barcelona, 2002.


miércoles, 13 de junio de 2012

Al besar tu espalda



Te encuentro nueva y alegre
en tierra firme a paso lento
siento lo fugaz en forma de amarra
rozando tu cuerpo
como si mirase las estrellas

Cuando no hay mar ni cielo
que valgan

Cuando renuncio a ser
cuando solo quiero sentirte
enredada a mi vientre
encallada...

Busco tu alma
salvar tus flores
probar tus alas

cálido como un susurro que llama
mirándote a la cara

llorando por deseos que mi boca
alcanza al besar tu espalda.

3ª versión del mismo poema desde 1997. Me lo trajo el viento y le dí la vuelta.


Cada día

El domingo pasado, leyendo a Vila-Matas en la playa, sin saber cómo ni porqué, llegué a una conclusión: tengo que escribir cada día. Aunque solo sea una palabra en una servilleta de bar. Aunque no tenga sentido. Aunque sea una auténtica mierda. Aunque no lo publique.

No tiene porque formar parte de nada. Como meditar unos minutos con el papel. No me tiene porque llevar a ningún sitio.

Decidí - en ese sereno arrebato de autoafirmación literaria - comprar un cuaderno, uno especial; como el de la tienda china de La noche del oráculo de Auster. Volver a escribir como se hacía no hace tanto. Encarnarme de algún modo en ese cuaderno. Elegir cuidadosamente el tamaño y color. Llevarlo a todas partes como el que se apunta en la palma de la mano algo que tiene que hacer.

Cada día. Como un paso. Como una respiración profunda.

martes, 24 de abril de 2012

Como quien vuelve a casa



Aunque sea un verso
todo lo que me recuerda
que es primavera

regreso a la soledad
como lo hacen
los grandes animales

como quien vuelve a casa.

domingo, 22 de abril de 2012

"Eso no es gran cosa, pero algo hay que escribir"



Se acabó tratar de entender las cosas

Esta mañana al despertar me sentí más libre

No puedo pagar el precio de no sentir

La poesía huye de mi vida.


* "Eso no es gran cosa, pero algo hay que escribir"
Hierbas de Asia. Astronomía Razonable.
El último de la fila. Letra: Quimi Portet.

domingo, 4 de marzo de 2012

A veces

A veces, hay algo, parecido a la tristeza, algo mano a mano con la melancolía, algo en el terreno de la soledad... que me posee por completo. Y me dejo hacer. Ese algo no tiene palabras ni nombre. Es realmente íntimo, en la más pura acepción del término intimidad. Me hace sentir a gusto conmigo mismo y con ese mundo que no quiero compartir con nadie. Un mundo en el que no se necesitan las palabras. Quizás así podría compartirlo, sin palabras. No es aislamiento. Es una forma de comunicar en toda regla. Una forma que lo dice todo de mí.

A veces me embriaga la sensación de mudez. Pienso que me gustaría ser mudo, que no sordo; ese matiz es trascendental, por más que deteste el ruido, las interferencias y las fronteras. Que no pasa por sonrisas ni por lágrimas. Entonces se convierte en una forma de vida. Entonces echo raices en este lugar. Si voy más allá, en esta dimensión, en este planeta.

Y es en este preciso momento cuando, sin tenerte, te siento más cerca. Cuando sin escuchar el tic tac de ningúna medida de tiempo, las distancias se reducen a un ritmo sin espacio. Cuando ni siquiera quiero ni me esfuerzo por imaginarte. Se evaporan todas las imágenes. Amanece.

domingo, 26 de febrero de 2012

Cierra los ojos

Me paro a escuchar como me resuena "debería escribir más". Intento cambiar la obligación que jamás me sirvió de nada. Entonces no pasa nada por no escribir. ¿Qué va  a pasar?. Incluso no pasa nada por no vivir. Por arrojar la llave al río. Intento escribir como si esto no fuese un blog, como si no lo fuera a publicar. Por otro lado, quiero alimentar este rincón que tantas alegrías y satisfacciones me ha traido. Aparece de nuevo, brillante, a lo azafata rubia con un traje corto dorado, la palabra elección.

¿Qué quieres mi niño?. ¿Qué te puedo dar?. ¿Nos vamos bien lejos?. ¿desaparecemos?...¿dejamos las cosas como están?...que sí...que ya lo se....que no estamos mal. Que vamos a seguir a pasos chicos y seguros. Vamos a amar a todo lo que se deje querer. Despacio, todavía más despacio mi niño. Cierra los ojos y verás que todo lo que esperas está en el camino.

lunes, 20 de febrero de 2012

Decir

Como casi siempre
este silencio
es lo más lúcido
que puedo decir.

viernes, 10 de febrero de 2012

Dejame

Dejame ser triste esta noche
dejame llorar y tener frío
deja que estas lágrimas me lleven
al lugar de dónde no recuerdo que vengo

dónde ya sin tu permiso
acabo esta botella de vino
y sueño con soñar esta noche contigo

viernes, 27 de enero de 2012

La sutil diferencia

Cuando cada vez el abandono
de la búsqueda es más real

más consciente

se refleja en no transitar antiguos caminos
en no seguir tus huellas para no errar

siento en mi sonrisa la sutil diferencia
entre el viejo deseo y el nuevo amor.

domingo, 1 de enero de 2012

Otro domingo con sol

Medito. No se que hora debe ser, aunque ya se empieza a colar algo de luz por la puerta de la calle. Antes, en la cama aún, decidí no salir a correr esta mañana. En un rato, cuando el sol esté más alto, subiré a leer a la terraza. Me reservé para hoy el final de La noche del Oráculo, de Auster.

Sigo sin fumar, debe rondar ya los 2 meses que lo quise dejar del todo y de una vez, creo que era un martes. Estoy satisfecho. Muy pocas veces la cabeza me pide nicotina. Y claro, el cuerpo responde. Estos días de vacaciones son los primeros en 5 años que me quedo en casa. Así lo decidí. Quiero encierro, al oso, al invierno y a la cueva. Rechacé una plaza para otro retiro, no me veía con fuerzas ni convencido para la dureza del que sería el 4º retiro. Quizá en verano o las próximas navidades.

Desde luego me he tomado al pie de la letra lo de "quedarme en casa". Salgo lo imprescindible. Solo he salido a comprar, a correr, al gimnasio y a las consabidas comidas de estos días. Ayer fue una excepción la comida con Xavi. Me gustó que me llamara. Sabía perfectamente que en esta ocasión yo no lo habría hecho.

Hablamos de como llevábamos estos días. También sabe bastante bien como los llevo yo. Siempre me subraya - ante mi indiferencia y aversión por cualquier convención social - la importancia de la simbología. Me recuerda que los grandes momentos de la vida están vinculados a un ritual. No digo que no, pero a mí no me sirven. Sencillamente, no me los creo. Me quedo con mis pequeños ritos y símbolos. Hasta el de llevar la contraria al mundo. Si más no, a este mundo. También volvió a recordarme mi inestabilidad y mi necesidad de intensidad. Aquí me autocoloqué la etiqueta de artista: "y que artista no es inestable"...

También antes de meditar esta mañana, no recuedo bien en que momento, ni ligado a que vino; me abordó un pensamiento muy claro: "si quieres verdad, da verdad". Pensé en que muchas veces prefiero callarme, motivado a medias por el miedo a quedar mal y el de hacer daño. Mi forma de decir la verdad es muy brusca, sin artificio ni maquillaje, hiriente y salvaje, cargada de fuerza y clavando la mirada hasta el fondo. Por eso voy con cuidado. Por no herir más de lo necesario, aunque hiera igual. Ya se que hay silencios y construcciones que pueden ser hasta más letales. Realmente, aquello de" callaico estás más guapo" me cae que ni pintado. Y más silencio. Cada vez más animal. Cada vez más silencioso.

Tampoco se en que momento, volvió un sueño que esta noche descubrí que lo era, y que además, es recurrente. Lo he soñado muchas veces...sin darme cuenta hasta ahora. Resulta que estoy estudiando algo, y todo anda terriblemente desordenado, cientos y miles de papeles en diferentes lugares sin ton ni son, lo que debería estar en su lugar no lo está...hasta he llegado a dudar de si realmente estaba estudiando eso....o que era...como en un contexto universitario...como absolutamente caótico y perdido...entonces me posee una sensación de absoluto descontrol...de desastre...en fin...que los sueños....sueños y nosotros son...
Tengo ganas de escribir. Estos días de reclusión he trabajado en el poemario. Sobre unas 170 páginas de poemas escritos en los últimos 3 años. Creo que podré salvar de la quema los necesarios. Aún no me puse a contarlos, ni los escritos, ni los seleccionados. Cuando uno me convence, me vuelve a gustar igual o más que cuando lo escribí, me pregunto como lo pude hacer...como si a veces no fuese capaz de sentir algo de talento. Más aún cuando leo alguna mierda bien grande y la he firmado yo. Es muy ambivalente.

He releido los de el último año y medio, así como todas las entradas del blog de esa época. Es un ejercicio curioso. Como confirmar lo cada vez más lejos que me cae el pasado, hasta el mas reciente. Me estoy convirtiendo en un ser muy olvidadizo.

También me he vuelto a leer todos los comentarios. Me he dado cuenta (y vuelto a sorprender) de la gente que hace tiempo que me lee y comenta, sobre todo de Paz, de mi hermano de signo Trova, de Calma, de Soco, de Lara, de los que también siguen ahí en menor medida y que os recuerdo a todos perfectamente...y muy especialmente de mi maestro Jose Luis Zúñiga, del día en que ya no habían más comentarios suyos, de sus ánimos, consejos y empujones para este primer poemario...la verdad es que lo echo de menos.

Me subo a la terraza a leer. ¿Es muy pronto para la primera cerveza?. Bueno, es domingo...y que coño...¡a la salud de Jose!
P.d.: ...este año no me pude escapar maestro...