miércoles, 13 de junio de 2012

Cada día

El domingo pasado, leyendo a Vila-Matas en la playa, sin saber cómo ni porqué, llegué a una conclusión: tengo que escribir cada día. Aunque solo sea una palabra en una servilleta de bar. Aunque no tenga sentido. Aunque sea una auténtica mierda. Aunque no lo publique.

No tiene porque formar parte de nada. Como meditar unos minutos con el papel. No me tiene porque llevar a ningún sitio.

Decidí - en ese sereno arrebato de autoafirmación literaria - comprar un cuaderno, uno especial; como el de la tienda china de La noche del oráculo de Auster. Volver a escribir como se hacía no hace tanto. Encarnarme de algún modo en ese cuaderno. Elegir cuidadosamente el tamaño y color. Llevarlo a todas partes como el que se apunta en la palma de la mano algo que tiene que hacer.

Cada día. Como un paso. Como una respiración profunda.

4 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Enhorabuena, Kike.

Aplaudo tu decisión de escribir cada día. Aunque solo sea un verso, un pensamiento... Te sentirás feliz, mas feliz.

Te lo digo por y con experiencia. Te seguiré.

Bihar arte. Ta muxus.

trovador errante dijo...

Eskerrik asko Soco, de verdad, eskerrik asko por estar ahí!

Ta Muxus!

Ángel Muñoz dijo...

buena decisión Kike, así se retoma la senda.

Abrazos.

Almayou dijo...

Si tú escribes, yo te leo.