Abrí los ojos y ví el ancla…
y ví el robín,
pesa, pesa…mi brazo lánguido
lo intenta.
¡Pretendí atrapar al viento!
perdido en el amarre… me cansé.
Torpe lobo gris aprendiendo
imposibles reglas de libertad.
Y…¡me soñé gaviota!
¡Súbela!
Un milagro sin fuerza,
sin fe.
Y lloré, si…mucho lloré,
¡¡¡Siguen ahí!!!
las alas, el miedo y la mar.
¡Qué pequeño el puerto desde aquí!
A más profundidad siento el viento,
marino ya, sin novia en cada puerto
que cerrando los ojos de nuevo
te ve, te ve cerca…¡te presiento!
mientras blanqueo mi barca fiel,
en el dulce sol de esta mañana,
¡me yergo!
ante el miedo de tu encuentro,
marinero de verdad,
marinero en sentimientos…
que sin afán de atracar
te sabe destino en su navegar.
2007
Hace 8 meses
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