Es curioso. Muchas noches no tengo ganas de escribir, no se que decir...me pienso si ponerme o no, y misteriosamente -como sin querer- ya estoy en ello.
No se como empezar, las ideas diurnas parece que se olvidaron, pero empiezan a salir palabras a borbotones -como sale la sangre de algunas heridas-.
Cuando respiro y transpiro tanta tranquilidad, conecto con la dulzura, con mi parte más tierna, sonrío embobado, escribiendo solo, escuchando de nuevo a Caetano.
Es curioso. Deseo y amo mi paz, mi calma, pero tengo la necesidad de compartirla. Siento que la comparto quiera o no quiera.
Igual no es tan curiososo, estoy solo. Extraño. Y a la vez, no extraño. No extraño nada que me aleje de aquí.
Me siento todo lo bien que se puede sentir uno solo. Estoy bien, lo digo alto, claro y sin miedo. Ya aprendí a no engañarme con eso. No fué fácil.
Y cuando comparto mi vida física -mi presencia-, me gusta que sea igual que ahora. Me cansé de actuar. Pero a veces sale automático, viejos hábitos, ancestrales miedos...poco a poco mi niño.
Me encanta referirme a mi como mi niño. Y desde esos maravillosos días en Las Palmas con Irene, me sale el mi niña y mi niño, es tan dulce. Gracias mi niña. Te escribo para ver como anda la sal y la pimienta por Londres, tengo ganas de saber de vos.
Nada puede romper esa calma, será así -la vida y los sueños me lo dicen-, es lo que quiero, tengo y necesito. El mundo funciona mejor así.
Caetano se calló, y vuelven a sonar esas 22 canciones de bossanova que me regaló Nando desde Sevilla junto con las fotos de la India. Más dulzura. En el peto dos desafinados tambe bate un coraçao.
No, definitivamente, el viento no la hundirá.
Calor, siento calor, y como otras veces escribiendo, me desnudo.
No quiero -otra vez sin querer-, pero aparecen las mujeres de mi vida. Pasaron unos días desde tu huracán, y de nuevo la calma me hace verte con otros ojos, pero verte. Solo pienso en lo mejor para tí mi niña.
Son ojos tiernos que comprenden en silencio, que te desean bien, que se preocupan por tí, presiento que estás bien.
Noche de dulzura.
La tendresa sin tristeza. Escucharla, acá os la dejo, el català de Lluís Llach aquí no es frontera, es camino.
De no escribir la poesía más linda del mundo, pero sentirla sin necesidad de ponerle palabras.
Meterme en la cama con todo eso, fiel, fumarme el último piti y dejarme caer.
Hace 1 año
6 comentarios:
hola trovador!!!!!!!!!!!
que tierno lo que has escrito.......
me dan ganas de tomar el primer avión y hacerte compañía mientras sigues escribiendo.......
Das una imagen tierna y llena de melancolía!!!!!!!!!!!!!
que tengas dulces sueños...
un abrazo grande desde Argentina
En Argentina decimos "la tenes muy clara" cuando uno sabe que quiere y que no, que siente, y que no...
Te has expresado maravillosamente bien, con ternura, con melancolia, con la verdad ;-)
Te saluda desde Argentina
Anaiv
ternura y dejarse caer...
(me encanta)
kikelianos besos, sólo con tener un nombre escrito con la inconformista letra k, estás admitidísimo en mi planeta
;)
K
Hola Adrisol,
Ternura si, melancolía en este caso no, no vino, aunque ahora que lo dices la extrañé.
La ternura sin melancolía es ternura pura, en esencia.
Si algún día tomas ese aereo(acá ya sabés que decimos "coger un avión", pero allá os suena raro...;-) será un placer su compañía.
Un abrazo muy tierno
Si que la tengo, y como mucho...tengo buena digestión...;-)
Ayer cené tiernos garbanzos con verdura y ya ves, la conciencia digiere bien, el estómago es mi punto fuerte.
Disfrutar el solcito de la primavera, hace un año justo lo disfrutaba en Mar del Plata. Y que buenas digestiones en tu tierra. Acá se caen las hojas.
Un saludo y gracias por acercarte
Kika y Kike en Kikel, tiene nombre de serie de la primera...;-)
Besos anarkikos
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