domingo, 9 de noviembre de 2008

Soledad

Ni papelillo brillante de regalo
ni guante blanco de antiguo ladrón,
ojos verdes y abiertos en lágrimas y lucidez
sin exigencias, sin prisa, sin final.

Paz dulce en los días de sol,
mi miedo de mayor cuando llueve.

Ya aprendí de ti, bruja maestra
tarareo tu canción sonriendo,
con la boca pequeña...
a paso lento y tragos largos.

Cuídate pequeña de mi, tengo la receta
lo sabes,
para que no te vayas nunca.

La vida vale más que tu
y sin ti no vale nada.

Espejito y juez de caminos
que siempre andaremos de la mano
sin delirios sin condena sin perdón
sin ventana azul
sin mi...
¡más presente que nunca!
sin ti...
sin un nosotros que no necesito
por unívoco y escrito destino.

Con todo mirando al suelo
con todo mirando al cielo,
sin límites el mar abierto.

Perderte es olvidarme
perderse es encontrarte.

Estás más allá de mi, tan amarradita
que solo te encuentro fuera de mi.
Ni te adoro engreída ni eres íntima
te quiero compartir
sin poder dejar de hacerlo

No te quiero solo en compañía

pero no te separes mi niña
que los pobres necesitamos tu verdad
cuando no la vemos.

Tu silencio para escucharme
para escuchar
para vivir.

Infechada, debía correr o andar o pararse el 2006
Revisada el 9/11/2008


"No la quiero más, la quiero desde hace más tiempo"

2 comentarios:

Gabriella dijo...

Me declaro errante, como tu... sigo leyendote... y vislumbrandote.

trovador errante dijo...

Me gusta despertarme, "claro y curado" y leer tus comentarios.

"Hay una luz tras los que vienen y van, y hay una sombra en los que buscan guarida". Pedro Guerra.