Me gusta ponerle título a las entradas. El de esta noche tiene que ser especial. Tiene que ser capaz de sintetizar todo lo bueno que voy a escribir. Todo lo bueno de mi vida. Hay tanto, siento tanto, que no se por dónde empezar.
Empecemos por dónde hay que empezar, por el presente, por la realidad, por el ahora. Acabo de desvirgar, con el consabido ritual que requiere, a la habitante más vieja y constante de la nevera: una botella de cava, brut real, Heredat Mas Tinell. Una delicatessen. Y ya fluye en mi paladar, en una copa alta de vino, no tengo copas de cava, la vida no es perfecta. Este cava sí, este momento.
Recuerdo que se la pedí a mi padre para una noche que tenía que ser especial y que no lo fue, no como yo esperaba. Esas cosas que guardas para momentos especiales...que decir de esas cosas que no sepáis. Y ahora lo es.
Andaréis intrigados...¿qué pasó mi niño?...cuéntanos...cuéntanos anda...
Pasó mi vida. Nada más, siento decepcionaros...emociones fuertes, buscadlas en otra canción...(Rebajas de Enero, que decía el niño Joaquín). La misma canción que tenía que cantar con el insurgente y andaba fuera de repertorio, justamente en Enero...y que me devolvío al nº 7.
Pasó mi vida, la que me brota de las manos ahora y os quiero cantar.
Entro en detalles. Hace no tanto, lo llevaba francamente peor con ella, con mi compañera más fiel, alborotadora y rebelde. Ahora es pequeñita y linda, tierna y cariñosa -como a mi me gustan las mujeres-. Y no molesta, es silenciosa. Me deja vivir en la paz que quiero vivir.
¿Su nombre?...¿no lo sabéis ya?
Y se llama Soledad. Otra vez el niño echándome un capote.
Brindo por ella, con brut, como en las grandes ocasiones, y le dedico un poema de hace también un tiempo, ya empezábamos a entendernos sin querer entendernos.
Ayer cené con María, mi niña de los grandes abrazos y los besos imposibles, mi amiga. El destino -o el resto de amigos que no vinieron- convirtió el afortunadamente poco distante reencuentro en una cena para dos, y los dos intuímos que así sería. Le puse palabras a sus sentimientos, que eran los propios. Habitamos un ciclo común. Que miradas más cercanas y cómplices, como siempre con mi dulce niña María. T'estimo. Gràcies per trucar sempre. Y por compartir brindis.
Feliz regreso a casa, zappeando con la radio del carro, sonriendo, y mirando por la Avenida Diagonal a una luna que me absorbía por completo. Estaba enorme y muy baja, en su justa mitad, luna de una mitad, luna solitaria, inclinada levemente hacia la izquierda formando una gran cuna de luz.
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Y las "casualidades" de la vida. En la tarde -que dirían por Chile- , llegaba al club puntual, -como siempre-, aparcando el coche, sonaba en la radio "It's time to change, es tiempo de cambiar", de Juanes. Tres horas y pico más tarde, arranco el coche, y volvía a sonar la misma canción. Y hasta aquí puedo leer, tarjetita para el público...
Pensé también llegando al club, lo agradable que es pasar por dos colegios a esa hora, ese ruido divino de pibes despavoridos, ese movimiento y devenir encantador de nenes y mamás, algún papá, abueletes entrañables, alegres pasos de cebra, guardias urbanos simpáticos y del poble, y sonrientes miradas a todos los niños que alcanzo a mirar - y alguna mamá que otra, que también me sonríen-.
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Aterrizo con mi plateada nave en la capital (tengo mucha suerte con los aterrizajes en la ciudad, que no es fácil como sabrán los urbanitas (dícese de los habitantes del planeta Urbano). Camino por lo que fueron mis barrios, paso por esa calle que me cobijó, también sin trafico, -como ahora en este barrio-, levanto en tradición la cabeza hacía el segundo piso, y me cercioro del buen estado de los 3 ficus que regaba cantándoles por Silvio...doblo la esquina y delante de la puerta del restaurante dónde ya me esperaba María...me cruzo con la inventora de los 5 de noviembre.
Y no fuí yo quién propuso barrio o restaurante. De hecho yo quería conocer el indio del que me habló María hace poco, la misma noche que planificamos esta cena del Fromm.
Me creeréis si sabía que la iba a ver. Y bueno, después de cumplir una intuición más, cordialidad, dos besos, las preguntas de rigor, la familia bien..."entra y tómate una cerve" y el sabido y consabido no puedo... y nada más, apenas, nada más (esa canción -de alguna manera-que el nano consiguió que jamás sonase igual de bien en su autor, el primo Luis Eduardo).
"Bueno si...este mes no puedo...ya nos llamamos y quedamos con calma". Ya puedo esperar sentado. Hay cosas que no cambian, como me decía Xavi. Es cierto, siempre llamé yo (no le daba tiempo a hacerlo a ella, mea culpa).
No María, no; mi niña dulce, cap problema, gracias por preguntar. 3 5 de noviembre son suficientes.
Y ayer noche debería estar cansado, fue la primera noche que no escribí por acá. Contesté a unos lindos mensajes (¿dije ya como me gusta recibirlos?), ya era muy tarde, y me fui a la cama. Dentro, me acordé de generosas amantes del pasado, pero no conseguí abrazar a Morfeo. Al final me levanté, hambriento, me preparé una ensalada de arroz integral, brotes de soja y atún, seguí fumando...volví a la cama con el estómago tranquilo y dormí muy muy poco.
Razón de más para estar ahora cansado...pues va a ser que no. Mañana no madrugo, tengo la mañana libre.
La mañana de ayer si que madrugué. Me corté el pelo, otra vez corto, esta vez no me convenció Ricardo, mi fiel cortapelos. Y si mamá, tetita...tenéis razón, el espejo no miente, estoy más guapo. El yeti de la foto de el piso de arriba se quedó sin pelos, espero que no sin fuerza. Siempre que me corto el pelo, que lo hago no más de 4 o 5 veces al año, me acuerdo de Insurreción -me corto el pelo una y otra vez, me quiero defender- Otra joya del último de la fila que conservo en vinilo como oro en paño.
Me sentí tan bien hoy. A media mañana y sin tanto pelo, 3ª y última sesión de clase con los chicos del ciclo formativo de Jordi. Después de ese trabajo que sale fácil, agradable y bien pagado, me fui a comer con Bily.
Bilal -el niño Bily para los amigos- merece que os lo presente. Es mi pupilo desde que tenía 13 años, y justo hoy, 8 de noviembre, cumple 19 años. Justo hace un año, lo celebrábamos con unas Quilmes de medio litro en Mar del Plata, lejos de casa...y también celebramos el mío juntos, y no tan lejos de casa, en Génova. Mucha historia juntos. Soy bastante más que su entrenador..., amigo, hermano mayor, papá... (el suyo falleció hace 3 años). Es una relación muy especial, lo quiero mucho, es como mi hijo adoptivo, así lo defino muchas veces cuando hablo de él. A veces hasta me recuerda el bofetón que me pidió a gritos que le diese y le dí, y que yo parece que olvidé...
Ahora está hecho todo un tío, y puedo decir, sin temor a equivocarme, que nuestro contacto y relación (no solo conmigo) a través del deporte le cambió la vida. Ahora es ya una realidad, y hasta los que hace años me previnieron y dudaron...ahora no pueden negar la evidencia. Te quiero mi niño.
Qué gusto verle bien y compartirlo con calma comiendo en esa terraza, aunque sea noviembre.
Después vino la imagen más linda del día, me quedé absorto, esa foto sin cámara se me quedará por tiempo. Los viernes me llevo a correr media hora, por caminos de tierra, a los chicos. Ya de regreso al club, 18:05, casi sin luz, en un lindo atardecer que las nubes adornaban sin impedir, Montserrat a mi derecha, majestuosa y mágica montaña -catalana por excelencia- de perfiles abruptos y roca desgarrada en místicas y enigmáticas protuberanias, arropando a los chicos delante mío corriendo por esa subida. Se detuvo el tiempo, y eso que estábamos corriendo. No es fácil imaginarla con palabras y sin aquella luz.
Y lo mejor estaba por llegar. Miro el móbil y me doy cuenta que tenía dos llamadas perdidas. La primera del viejito. Lo llamo y me encarga traerle al abuelo unas tijeras de podar. Mañana saldrá muy temprano para la casa del campo con el Sr. Rafael. Ya se las dejé en la escalera.
La segunda perdida, de Nuri. La llamo y me dice: vente a las 10...
- A la diez, ¿que pasa?
- Jorge Drexler.
- Coño!, me encanta!!!...gracias Nuri!!!
-Nos vemos después
Pues eso, concierto, otro al lado de mi casita, a dos minutos andando, y con invitación, gloria bendita. Seguía en el club y en alto digo: a veces la vida es maravillosa.
Antes paso por casa de los papis, a buscar la tijeras para el yayo Ramón. De paso, observo la reacción de mi madre ante el corte de pelo...lo ves hijo, ¿si es que estás más guapo o no? Sonreímos los dos.
-Le decía a tu hermana si te lo habrías cortado o no...
Aprovecho la coyuntura -que siempre son de aprovechar- y me preparo un pequeño bocadillo de jamón dulce y queso. Me habían preparado cena, no sabían lo del concierto. ¿Te quieres llevar un poco de crema?...el oro líquido de la viejita.
- Vale!!!...y como la otra vez, sacó el tupper grande con la crema y otro más chico. Y como la otra vez el chico se quedó vacío...hay que dosificar con tiento el abuso. Pocas veces me llevo nada, pero ese oro verde me apasiona. Hablando del papa de Roma...me voy a calentar el resto...
Apuro cual buscador de oro americano el alargado tupper con la cuchara, lo chupo hasta donde alcanza mi lengua, chupo la tapa, el oro va caro. Ahora suena el microondas, ruidoso y tarda en calentar...los baratos es lo que tienen. Me encanta muy caliente -como a mi me gustan las mujeres-.
Agarro el bol verde con un trapo y aquí lo tengo, al lado del ordenador, a mi siniestra, por donde entra ese perfume de campo.
Me pierdo en la crema de calabacín...¿por dónde andaba?
Andaba de camino pa la casa cavilando lo que soy y lo que siento...
Fugaz escapada por casa y llego a ese espacio, el mismo de acróbatas, ese impulsor festival de la primera entrada. Anteriormente, comentaba esta noche, era un cine de esos que ya no queda ninguno, de doble sesión los domingos, de butacas de madera y tela verde, del hueco del que salía la luz del proyector con su característico ruido de fondo. Cinema Paradiso.
Nuri estaba en la puerta, trabaja allí. Abrazo, besos, gracias y entramos: "viene conmigo..."
- Están Vanessa y Ruben.
- ¡Que bueno!
Vemos a Vanessa. Que buena compañía. Ruben no estaba, andaba en el vecino pueblo en un asado en casa de Lucas. Qué ricos esos asados a la argentina, con calor, no con fuego... como hacemos acá.
Me siento al lado de Vanessa. Nos hemos conocido más por los blogs en dos semanas que cara a cara..., pero nos hemos conocido y sabemos que estamos cerca.
El de al sur de Montevideo encantador, cálido, cercano, dulce, tierno. Todo su repertorio respondía a peticiones del público, en constante interacción y entregado, a esa guitarra y vos.
Genial, sutil, tranquilizador, simpático, complaciente Jorge Drexler.
Se acabó la magia de la BUENA música, y saliendo de la sala, volvió a pasar ese milagro de la comunión en la expresión de las sonrisas del respetable. Como cuando sales del cine después de ver una buena historia. Felicidad que bonito nombre tienes, sabio Lichis.
- ¿Te apetece una cerveza?...preguntó el trovador errante.
- Sí, respondío la acróbata sin acrobacias.
Dos cruzcampo -con brindis en la segunda- por barba en tranquila y empática charla. Qué buen momento. Y hablando de Lara, Vanessa me prestará sus libros que religiosamente devoraré con pasión y devolveré. Y colgaré el póster del festival acróbatas en un lugar que pueda ver desde la mesa de mi arrinconado despachito.
Y se llama soledad.
A esta dulce rutina quién la podría odiar. No será un texto brillante, pero es un texto feliz, una vida feliz, que se queda con la cerveza de todos los días antes que con el cava de las ocasiones especiales.
P.d.: Me entró un hambre canina, y a esta igual intempestiva como cualquier otra hora, batí en el mismo bol verde del oro, dos huevos con sal y pimienta, que ahora degusto por encima de una torrada de pan de pagès del pueblo de la casa del yayo.
Hace 8 meses
10 comentarios:
Me di el gusto, no el trabajo, de recorrer tu relato tan cotidiano y delicioso con un placer inmenso... Seguiré leyendote, porque me he hechizado de tu desfachatez para describir y describirte...
Tienes razón Dama, soy un desfachatado, tímido, pero sin vergüenza ni cemento.
Sentó bien dormir esas reparadoras 8 horas de sueño sin cansancio. Caí.
Quizás en otra vida fui hechicero, en otros lugares hombre medicina, erré por otras hogueras y estrellas.
Ahora es un placer compartirlo y errar por mi lugar en el mundo, el de los pies, y el del alma.
Y es un placer poder leerte... nuestros husos horarios están distanciados por varias horas, pero en los escritos convergen las almas...
Date una vuelta por mis blogs... quiza algo te agrade.
http://ladamasilente.blogspot.com
hola trovador errante!!!!!!!
me gusta leer cuando lo que veo es salido de la espontaneidad y de la vida cotidiana.
estamos acostumbrados en la red, a leer poemas y escritos que han sido muy elaborados y muchas veces rebuscados.
ésto que leí hoy me dió la sensación de la sinceridad e ingenuidad de un niño. un niño trovador errante!!!!!!!!!
por todo ésto, se merece un: 10.
un abrazo argento...........
Por fin con un rato me siento a escribirte, tras leer tu rutina feliz. Qué bien que hayas cogido eso con tantas ganas y que cuentes tanto. Me hubiera encantado ver a Drexler con vosotros, y luego brindar.
Gracias por todo.
Nos vemos desde aquí, que no es mal sitio.
Un abrazo!
Dama, ya lo hice y lo seguiré haciendo, me quedan muchos enigmas por descubrir en tí, y en mí.
Adrisol, hoy el abrazo se quedó lejano. Hoy necesita mancharse de plata.
Hoy el niño. Hoy el hombre.
Gracias por errar conmigo
Al fín Lara en el escritorio. Que bueno que viniste, todo esto es en buena parte, gracias a ti.
Salió al mundo mi blog desde dentro del tuyo.
Tengo la absoluta certeza de la carne y los ojos de ese brindis.
Sabes..Vanessa ya está pensando en Acróbatas II en Madrid, y el destino y mi intuición brindarán con vos.
Aunque me presten tus libros, eso no significa que no lo quiera míos... -la posesión-, pero la urgencia...me llevará una mañana a esa calle de mi pueblo a por ellos, y la importancia, otro día, a la librería.
Firmaditos por la autora los tendré entre el polvo. Cuando presentáste en la biblioteca, estaba anotado en mi agenda...pero en aquella ocasión el destino no conjuró.
Un abrazo POETISA
Fue un placer compartir contigo concierto y cervecitas. Gracias por los viajes entre las palabras... ;-)
Un beso,
Vanessa
Gracias a ti Vanessa, sin duda, gracias a ti.
Dos abrazotes
P.d.: una mañana de estas me escapo a por mi botín...;-)
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